En un momento de mi vida me sentía desorientada, asustada, no sabía como proseguir. Fueron muchas las cosas que tenía encima y no encontraba la forma de encontrarme a mí misma.
Necesitaba ayuda, eso estaba claro y la pedí, no dude en hacerlo.
Cuando nos duele un pie, vamos al traumatólogo y yo tengo claro que cuando nuestra mente nos hace alejarnos de lo que conocemos por, estar bien, es cuando tenemos que pedir ayuda a un profesional a una psicóloga, es algo que creo que es fundamental.
Cuando me encontraba en esa situación tuve la grandísima suerte de encontrar a Ana Ocaña en mi camino.
En esos momentos en el que te sientes vulnerable, encontré el calor, la empatía y el cariño de una profesional cercana y con un don que ha hecho que me reencuentre conmigo misma.
Ana ha sabido hacerme ver las cosas desde otro punto y enfocar para ver con claridad todos los aspectos de mi vida que necesitaba ordenar.
Te estaré siempre tremendamente agradecida por tu entrega, tu capacidad de entendimiento, tu empatía y por ayudarme adaptándote a mi situación, por todo lo que me has dado y mucho más
Gracias de corazón Ana.